jueves, julio 14, 2005

Religión y terrorismo

No falla. Cada vez que hay un atentado terrorista islamista llueven las críticas a las religiones, como si llevaran implícito un fanatismo violento. Como encima algunos no se sabe si por simpleza o por mala uva utilizan los mismos calificativos (fundamentalista, integrista, que por cierto, son contradictorios) a terroristas que a gente que está en contra del aborto o experimentar con embriones, hace falta armarse de paciencia.

Es curioso, cuando ETA o el GRAPO comete un atentado no se oye que el comunismo y la extrema izquierda son fanatismos que llevan a matar a los adversarios. Y objetivamente hace muchos años que nadie mata por motivos religiosos (ni siquiera como forma de justificar otros motivos) en este país en nombre de la religión mayoritaria y vienen siendo muchos los muertos recientes a la espalda de la extrema izquierda. Y los que lo hacen en nombre del Islam parece que el tema religioso no es el principal motivo. Al menos periodistas del grupo Prisa y simpatizantes del PSOE nos dicen que el atentado de Madrid fue porque Aznar se empeñó en colaborar en invadir un país, no por un tema de fanatismo religioso.

Hay un libro de próxima publicación "Dying to Win: The Strategic Logic of Suicide Terrorism", recogiendo los datos de los atentados suicidas de los últimos años, con estadísticas sobre el origen del grupo que en cada caso los perpetró. Los datos han quedado un poco obsoletos porque los actuales atentados en Irak son posteriores al estudio, pero no por ello pierden interés. Estadísticamente muestra que hay mucho terrorismo suicida por grupos laicos, especialmente de origen marxista. La palma se la llevaban los Tigres Tamiles de Sri Lanka, con muchos más atentados suicidas que cualquier grupo islamista como la Yihad Islámica o Hamas. Hay grupos en paises árabes con nombres que inducen a darlos filiación religiosa pero no la tienen, sino que son "movimientos de liberación" como las "Brigadas de los Mártires de Al Aksa". Pasa algo parecido al IRA: se asocia a los católicos porque es el enfrentamiento entre los partidiarios de una Irlanda independiente, que culturalmente son católicos frente a los protestantes pro-británicos, pero realmente el IRA es una organización marxista-lenilista como ETA y por tanto atea. Otro dato interesante del libro es que la mayoría de los atentados suicidas formaban parte de una campaña con un objetivo fijado (por ejemplo retirada de territorios por parte de Israel), no actos espontáneos de violencia fruto de fanatismo sin más.

La verdad es que cuando leí la reseña del libro que contiene el estudio me sorprendió. Sabía que había más muertos víctimas de grupos de terrorismo marxista que por grupos religiosos. Pero que haya tantos terroristas suicidas de motivación atea ya es la leche. Un musulmán que se autoinmola porque cree que a cambio va a estar en el paraíso con un montón de tías buenorras será un cabrón, un fanático y un crédulo. Pero un ateo que se autoinmola presuponiendo que no hay nada más es que además de todo eso es gilipollas.

5 comentarios:

Roberto Iza Valdés dijo...
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Unknown dijo...
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Unknown dijo...

Paraguay: EL FUNDAMENTALISMO LUGUISTA
(Luis Agüero Wagner)
Si me dan a escoger entre Dios y el aire acondicionado, me quedo con el aire (Woody Allen)
En 1993 Joseph Ratzinger publicó su libro “El fundamentalismo islámico” donde abordaba desde la óptica conservadora el problema de la instrumentalización de las energías religiosas en función política, tema de vigencia por estas playas desde que el cantinflesco obispo jubilado Fernando Lugo se tomó en serio la propaganda de la tendenciosa prensa local, que lo presentaba fantasiosamente como el nuevo fenómeno político del ambiente.
Esclarece Ratzinger que el aferrarse fanáticamente a las tradiciones religiosas se vincula en muchos sentidos al fanatismo político y militar, en el cual la religión se considera de forma directa como un camino de poder terrenal. También puntualiza el error de trasponer el concepto “fundamentalismo” al mundo árabe siendo que en realidad es una definición surgida para calificar a cristianos. El fundamentalismo es, según Ratzinger, en su sentido originario, una corriente surgida en el protestantismo norteamericano del siglo XIX, la cual se pronunció contra el evolucionismo y la crítica bíblica y que, junto con la defensa de la absoluta infalibilidad de la Escritura, intentó proporcionar un sólido fundamento cristiano contra ambos. Cabe preguntarse cuál es el concepto para definir a los católicos que alentados por una bula papal de Alejandro VI invadieron Latinoamérica y arrasaron con esplendorosas civilizaciones como la inca o maya, y cometieron un genocidio contra los súbditos de estos y otros imperios, además del saqueo e imposición de una nueva religión por la fuerza de la espada, y todo ello en nombre de algo tan abstracto como su Dios. Mas que el fanatismo equiparable que Ratzinger ve entre la teología de la liberación, el terrorismo islámico y terrorismo marxista occidental, lo que sí se discierne con claridad es con qué facilidad algunos farsantes se aprovechan de las supersticiones “divinas” para apetencias bien terrenales, en nuestro caso –cuándo no- el divinizado zoquete.
Aunque Ratzinger se extiende en su obra sobre los fundamentalismos ajenos, no se caracteriza por ver la viga en el propio ojo precisamente. Como con bastante elocuencia lo ha dicho la red de Mujeres Católicas de América Latina en uno de sus comunicados: cuando hablamos de fundamentalismo nos referimos justamente a la posición expresada por Ratzinger. Todo su escrito es un acto de intolerancia, fanatismo, intento de volver al pasado, resistencia ante todo cambio, intento de imposición de la propia perspectiva como la única aceptable, rechazo al pluralismo, desconocimiento de la evolución en todos los ámbitos, rechazo a toda novedad, pánico ante la diversidad.
Como puede notarse, esta controversia entre católicos no guarda mucha distancia de los términos en que giró la discusión sobre el dichoso pacto del 5 de febrero que con tan mala fortuna firmaron nuestros héroes de la oposición.
Se sabe que el Fundamentalista es en el fondo un intransigente, por ello actúa como factor creador de conflictos y como enemigo del progreso, especialmente si se trata de avanzar en negociaciones, hecho que explica la actuación de la caterva de monaguillos en la “mesa de presidentes” de la extinta concertación, que con sus despropósitos hoy han ubicado a su candidato en una cómoda posición para luchar por el tercer puesto en las elecciones del año que viene. No estaría demás advertir sobre el peligro que implica el accionar de estos fanáticos, más aún si consideramos que el aprovechamiento de la religión en función de la política como conducto de “liberación de los oprimidos” es hoy en día la principal coartada para volar estaciones de trenes, estrellar aviones de pasajeros contra rascacielos de Nueva York, enviar sobres conteniendo ántrax o volatilizar autobuses londinenses. Para colmo, nuestros integristas criollos no han ocultado sus intenciones contenidas dentro del esquema maoísta que “la guerra revolucionaria se libra fuera del legalismo”, y han llamando a la yihad a sus seguidores en caso de cumplirse la cláusula constitucional que impide a un religioso postularse para presidente, amenaza que amerita cuando menos que nuestras autoridades encarguen una investigación al respecto a la analista Milda Rivarola.
Debo añadir que resulta lamentable y desalentador ver por estas playas a una caterva de politiqueros corruptos defendiendo y queriendo aprovecharse del opio de los pueblos, y de creencias morales de tiempos anteriores a la ilustración, con un apasionamiento digno de monaguillos que fueron abusados por el cura de la parroquia y quedaron prendados de él, agitando irresponsables sus arcaicas banderas a través de una presión política conjugada con el fundamentalismo religioso. Más aún resulta vergonzoso el espectáculo que dan cuando vemos que en la vecina República Argentina el ex capellán Von Wernich, involucrado en violaciones a los derechos humanos durante la pasada dictadura militar, acaba de ser declarado genocida y condenado a reclusión perpetua sin miramientos a su investidura religiosa, como realmente corresponde en una república.
NOTA: Los monaguillos aludidos que cercaron al obispo Fernando Lugo, a pesar de lo que la prensa maccartista heredada de Stroessner quiso hacer creer, en realidad son viejos agentes del imperialismo norteamericano. Se cuentan entre ellos:
*Guillermina Kanonikoff y Raul Monte Domecq, financistas de Lugo. Reciben dólares de USAID a través de la ONG fantasma Gestión Local.
*Camilo Soares, agente de la NED, referente de la Casa de la Juventud, beneficiaria de Dólares de la IAF.
*PMAS: partido surgido gracias a la acumulación de dólares del grupo anterior, recibió en el 2004 127.000 dólares de IAF, institución manejada por George W. Bush.
*Ricardo Canese, dirigente de Tekojoja. Propagandista de los planes de biocombustibles de George W. Bush.
*Aldo Zucolillo, ex propagandista del dictador Stroessner, mecenas del centro de detención y torturas de la dictadura paraguaya y alabardero del genocida Jorge Rafael Videla, hoy entusiasta impulsor de la candidatura de Fernando Lugo.
*Julio Benegas, empleado de Zucolillo en su diario ABC color, signatario de acuerdos con AFL-CIO, reputado peón de los fraudes imperialistas.