viernes, marzo 23, 2007

libre mercado y software libre

El fenómeno del software libre ha surgido por la iniciativa de personas, a la que luego también se han sumado empresas; no ha surgido ni crecido por promoción estatal. Hemos logrado cosas increíbles sin financiación gubernamental y las seguiremos logrando aunque desde la administración no se aporte un euro.

Como ciudadano no exijo subvenciones para el software libre, aunque opine que se obtendrían más beneficios sociales y económicos que los que reportan una fracción considerable de las subvenciones que se conceden.

Como ciudadano sí exijo que la parte de mis impuestos que se gaste en la llamada "sociedad de la información" se gaste de forma óptima para beneficiar a la sociedad. Y lo hago desde la cualificación que me otorga mi experiencia como profesional en una de las principales empresas de desarrollo de software del país y como colaborador en una publicación líder en tecnologías de la información.

En esta exigencia de buena gestión de nuestros impuestos es requisito importante que el software que encarga la administración se libere para que lo puedan usar otras administraciones y nuestras empresas. Gracias a que Estados Unidos siguió en su día esta política, hoy existe Internet y las tecnologías que se usan en las redes locales de las empresas.

Por ello apoyo la excelentemente documentada propuesta de Hispalinux, FFII y EstandaresAbiertos: http://hispalinux.es/node/616

Esta propuesta además aporta una interesante aclaración sobre la necesidad de adoptar "estándares abiertos internacionales" y no simplemente "estándares internacionales". La diferencia como explican está en que estándar abierto garantiza que surjan implementaciones libremente sin limitaciones como patentes y que exista al menos una implementación de referencia libre.

Sólo un estándar abierto garantiza la neutralidad tecnológica: cualquier empresa puede implementar el estándar y además desde el primer día puede desarrollar un producto partiendo de la implementación de referencia con sólo respetar su licencia, que tiene la ventaja de ser gratuita, libre de royalties y no discriminatoria (mismas condiciones para todos).

Además lamentablemente hay tantos "estándares internacionales" contradictorios para una misma funcionalidad, que desafortunadamente es probable que distintas administraciones adopten "estándares" distintos, con la consiguiente dificultad de interoparabilidad entre ellas y con las empresas, con el consiguiente gasto tanto para administraciones como empresas.