martes, junio 21, 2011

No soy un perroflauta, ni de izquierdas, pero estuve allí.

El día 19 de Junio asistí a la manifestación del movimiento 15M convocada en Valladolid. No soy asiduo de las manifestaciones, como a todo hijo de vecino se me ocurren mil formas más interesantes de gastar unas horas de mi vida que en hacer mogollón. Si como dicen los frikis ahora con Internet, Twitter, Facebook y demás estamos a las puertas de la democracia 2.0, esto de las manifestaciones es de la democracia 0.9. Seguramente a los niños de hoy lo de las manifestaciones les sonará dentro de unos años a batallitas de abuelo cebolleta, como a la gente de mi edad cada vez que alguien cuenta lo de "correr delante de los grises". En el futuro con firma electrónica, presencia en Internet y esperemos que referendums como algo más normal, esta forma tan poco eficiente de expresión popular apersonal pasará a la historia. Pero durante un tiempo, políticos y medios de comunicación para identificar un clamor seguirán necesitando una imagen de un montón de pollos pasando calor llenando una calle.

Si me atraen tan poco las manifestaciones ¿Entonces por qué fui el Domingo?
  1. Porque esoy de acuerdo con la inmensa mayoría de los puntos por las que se convocó, creo que hay que agitar un poco a la gente para que se despierte y meter presión a los políticos.
  2. Porque me disgusta cómo se trata de desprestigiar a la gente que se ha sumado a estas manifestaciones. Y cuando no se les desprestigia se les etiqueta. Pues ale, etiquetarme también a mí majos, trabajador (no categoría de clase social, sino calificativo de trabajar mucho ;-) ), padre de familia, nada sospechoso de ser de izquierdas.
  3. Porque hay cosas que me gustan y que no me gustan en todas estas movidas. Y cuando a alguien se le vaya la pinza haciendo propuestas de marcada ideología que no son implícitas al manifiesto original, quiero poder decir que no está representado a todo el movimiento del 15M sin que me digan con razón que a mi claro que no me representan porque yo me quedé en casa mientras los demás hacían algo.
Y ahora unas valoraciones de la manifestación:
  1. Ambiente. Bueno, tranquilo, no ideologizado. No había banderitas republicanas ni de ningún otro tipo y las consignas tampoco chirriaban. Cualquier persona podía sentirse a gusto al margen de sus ideas. No voy a decir que era una fiesta ni chorradas similares, porque las manifestaciones muy lúdicas no son y sinceramente si no hubiera encontrado a nadie conocido con quien ir hablando me habría aburrido como una ostra.
  2. Asistencia. Reseñable. Mucha para lo que se mueve en Valladolid en otras manifestaciones. Evidentemente si comparas con el total de población o incluso con los votos en unas elecciones no son tantos, pero eso es lo de menos. No es un pulso, a ver quién representa a más gente, es un toque de atención, introducir a debate temas que hasta ahora no se planteaban (ahora al menos mucha gente discute sobre temas como la representación electoral). Las guerras de cifras, el andar estimando gente por densidades y áreas ¡o incluso contando con fotografías aéreas! me parece una soplapollez: lo importante es si has logrado movilizar a bastante gente, regular o poca o en relación con otras manifestaciones y eso se ve.
  3. Variedad de gente. Yo que quería ver perroflautas.... Mucha gente joven, pero también gente ya más mayor. Con todo, sigue siendo una asignatura pendiente, ni de coña hay la variedad que uno puede ver por ejemplo en una manifestación contra ETA.
¿Servirá todo esto para algo? si la gente espera que se atiendan listas de reinvidicaciones, ya surjan de la utopía de las asambleas o de los más prágmaticos acuerdos de mínimos, creo que se van a decepcionar. Sin embargo está sirviendo para poner en el punto de mira a los políticos (en estos momentos dudo mucho que se hubieran atrevido a aprobar la ley Sinde) y  para ir introduciendo temas en la sociedad.

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